lunes, 19 de enero de 2009

Marte: el misterio del metano


Grandes cantidades de gas metano han sido detectadas en Marte según anunciaron científicos de la Nasa.

El gas podría estar siendo producido por actividad geológica o por algún tipo de vida.

El metano fue conseguido en la atmósfera marciana hace cinco años y los científicos descubrieron que es más abundante en zonas muy particulares del planeta rojo.

Dura poco en la atmósfera antes de ser destruido por la luz solar y su continua existencia significa que su emanación es constante.

Esto sugiere que el metano está siendo producido por un proceso que está en desarrollo.

Sin embargo el origen específico del metano podría ser tanto reciente como muy antiguo, según afirman los investigadores.

"El hecho de que hayamos encontrado tres regiones específicas donde Marte está liberando metano en este momento significa que tenemos una ventana a un proceso que está ocurriendo bajo la superficie del planeta", dijo Michael Mumma, un científico planetario del Centro de Viajes Espaciales Goddard la Nasa, con sede en Maryland, Estados Unidos.

"La producción (de metano) es consecuencia de una o dos posibilidades. la primera es geoquímica, la segunda es biológica. Esto genera mucho interés en torno a cuál es el mecanismo de producción dominante".

Si el metano es producido por actividad geológica, podría ser originada tanto de actividad volcánica como de un proceso denominado serpentinización.

Éste último ocurre a bajas temperaturas y se produce cuando rocas ricas en minerales como el crisólito y el piroxeno reaccionan químicamente al agua, liberando metano.

"Esto podría estar ocurriendo en Marte. En ese caso, podríamos esperar que el metano sea liberado solo en regiones que son distritos volcánicos", aseguró Mumma.

"Por otro lado, podría ser biológico muy cerca de la superficie o bien profundo en la capa congelada".

Algunos científicos consideran que es posible que microbios podrían haber sobrevivido debajo de la capa congelada de Marte donde el agua cambia del estado sólido al líquido.

En cañones profundos o en las paredes de los cráteres el hielo podría tener fisuras o poros conectando esta subcapa congelada con la atmósfera.

Pero el hielo podría desaparecer durante la primavera o el verano, especula el doctor Mumma.

FUENTE:http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7832000/7832433.stm

10 Especies que podrían resucitar desde el pasado


Neandertal. Especie del género Homo que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230.000 hasta 28.000 años atrás, durante el Pleistoceno medio y superior y culturalmente integrada en el Paleolítico medio. Sus características definidoras, a partir de los huesos fósiles descubiertos hasta ahora son: esqueleto robusto, extremidades cortas, tórax en barril, arcos supraorbitarios resaltados, frente baja e inclinada, faz prominente, mandíbulas sin mentón y gran capacidad craneal. Sus cerebros eran iguales o más grandes que los del hombre moderno. Un neandertal promedio tendría una altura de 1,65 m, de contextura pesada, y musculatura robusta. La secuenciación completa de su genoma es una de las noticias más esperadas para este año. Svante Pääbo, uno de los responsables del proyecto internacional, considera «ridícula» la idea de poder resucitar a los neandertales, en cuyo hipotético caso sería una mujer actual la candidata idónea para ser la madre sustituta. De hecho, no se descarta que alguna vez ambas especies se cruzaran, aunque sus descendientes no han dejado huella genética en nuestro ADN.


Tigre de diente de sable. El Smilodon Fatalis fue el felino más grande de todos los tiempos. Con sus poderosos colmillos cortaba las arterias y la tráquea de la víctima desangrándola con rapidez. Este fabuloso animal poseía unas potentísimas patas delanteras que usaba para tumbar a la presa e inmovilizarla. Su tamaño coincide con el de un león pero su aspecto era mucho más imponente. Desapareció hace 11.000 años, al final del Pleistoceno; se cree que debido al cambio climático, aunque la puntilla se la habrían dado los humanos. Los ejemplares mejor conservados se han encontrado en La Brea, en Los Angeles, en unos agujeros de alquitrán de los que no ha sido fácil extraer el ADN. De momento hay muy poco recuperado, pero algunos expertos confían en obtener su genoma. En ese caso, una leona podría ser la donante del óvulo y su madre sustituta.


Oso de cara corta. Los Arctodus Simus fueron los mayores carnívoros terrestres durante la edad de hielo. Más grande que el oso polar, el oso pardo de Kodiak y el oso de las cavernas europeo, de hecho, salvo los aparente y ocasionalmente carroñeros perezosos terrestres gigantes con los cuales éste oso compartió el espacio en América, pudo ser el mayor carnívoro terrestre que la humanidad encontró en su camino, podían llegar a los 800 Kg. de peso y a medir un poco más de 1.6 m de altura al hombro pudiéndose elevar hasta 3 metros si se erguían sobre las patas traseras. También desaparecieron hace 11.000 años, en la última gran extinción. Ya se ha recuperado parte de su ADN y se sabe que hay ejemplares congelados en Siberia, por lo que se confía en conseguir más material. Sus parientes más cercanos son osos de América del Sur aunque son mucho más pequeños.


Tigre de Tasmania. El último Thylacinus Cynocephalus, un lobo marsupial, murió en un zoo en 1936. Afortunadamente se guardaron sus tejidos, lo que ha permitido recuperar su ADN. En 2008, científicos de Australia y EEUU insertaron parte de este material genético en un ratón, dentro de un experimento para ver si se activaba algún gen, como así ocurrió. Con esta especie, una hembra del diablo de Tasmania bien podría ejercer de madre de una cría. Ayer se supo, con el estudio de ADN de pelos de varios ejemplares, que su diversidad genética era muy escasa, lo que pudo precipitar su extinción.

Gliptodonte. Se parece enormemente al armadillo pero mucho más grande. El gliptodonte medía cerca de 3 m y pesaba cerca de 1,4 toneladas, siendo equivalente en forma y tamaño a un Volkswagen Escarabajo. Era un herbívoro y, por su constitución, se supone que no fue muy ágil. Su defensa contra los depredadores se basaba en su caparazón rígida. Como el oso y el tigre, el gliptodonte dejó de pasear su inmenso caparazón por América del Sur hace 11.000 años. De momento no se han encontrado ejemplares congelados ni en cuevas, por lo que no se tiene el suficiente ADN de la especie. Pero los expertos no pierden la esperanza. Aún así, resucitarla no sería fácil porque la especie más parecida genéticamente es el armadillo gigante, más pequeño.


Rinoceronte lanudo. Fue una especie rinoceronte de espeso pelo lanudo que durante el Pleistoceno habitó las frías estepas de Eurasia y dejó de existir hace unos 8.000 años. Como vivió en Siberia, hay muchos rinocerontes lanudos (Coelodonta Antiquitatis) congelados de los que se puede extraer ADN.


Dodo. Fue un ave no voladora cuya distribución estaba restringida a las Islas Mauricio, en el océano Índico. Desapareció a finales del siglo XVII debido a la caza y el saqueo de sus nidos por parte de los navegantes. Es un ejemplo ampliamente utilizado en la literatura biológica sobre la pérdida de especies causada sin ningún género de dudas por el hombre. Hace seis años, genetistas de Oxford secuenciaron fragmentos de ADN mitocondrial del ejemplar disecado y conservado en un museo. Beth Shapiro, autor de este trabajo, sigue buscando más material genético del dodo, que quizás podría resucitar con ayuda de las palomas.


Perezoso gigante. Hace 8.000 años aproximadamente que dejó de existir este mamífero de 4 toneladas de peso, conocido como Megaterio y que habitó en América hasta el final de la última glaciación. En los últimos años, los científicos han logrado recuperar bastante ADN de los pelos y de estiércol fosilizado desde hace 30.000 años. Hendrik Poinar, de Canadá, está convencido de que se conseguirá su genoma. El problema es que su pariente más cercano, el perezoso arborícola, es un enano a su lado.

Moa. Los dinornítidos o moas eran aves no voladoras que vivían en Nueva Zelanda. Entre el año 900 y el 1400 se extinguieron por la caza intensiva de los maoríes. Es otro caso bien documentado de extinciones por causa humana. El gigantesco pájaro no sobrevivió a la llegada de los primeros pobladores humanos. La buena noticia es que se ha encontrado mucho ADN de huesos y huevos bien conservados en cuevas, lo que permitirá revelar su genoma. Claro que las moas pesaban 250 kilos y medían hasta tres metros. La única especie similar son los avestruces.

Alce irlandés. Este ciervo gigante vivió hasta hace 7.700 años en Eurasia. Desde el final de las glaciaciones su número disminuyó y dejaron de verse sus cuernos de cuatro metros. Lograr ADN suficiente para reconstruir su genoma no sería difícil, pero sí resucitarlo porque su pariente cercano, el ciervo, es muy pequeño.

FUENTE:http://www.neoteo.com

viernes, 9 de enero de 2009

Las CUIJAS


Este animalito es algo tan normal en nuestras casas que prácticamente pasa desapercibido para muchos, y aunque muchos lo consideran asqueroso y una plaga, la verdad es que es mucho mas que eso, este sorprendente animalito esta lleno de cualidades y en torno a el hay muchos mitos, es por eso que decidí buscar que es exactamente y que tan cierto es lo que se dice del el…

Las cuijas son un tipo de saurópsidos (reptiles) escamosos, que incluye especies de tamaño pequeño a mediano que se encuentran en climas templados y tropicales de todo el mundo. También son conocido en otros lugares como, geckos, salamanquesas, besadoras, niños, tiracolas, cuidacasitas o perritos, ch'ohkan (maya) y p'ikuneil ( maya), son totalmente inofensivas y muy útiles como devoradoras de insectos, tales como moscos, mosquitos, arañas, palomilas, mariposas, etc.

Son de hábitos nocturnos, con ojos enormes, dotados de pupilas verticales lobuladas que permiten un extraordinario margen de variación en su abertura. Muchas especies tienen almohadillas adhesivas en las plantas de los pies que les permite escalar superficies lisas verticales, e incluso transitar por los techos con facilidad.

Precisamente por esta cualidad, se han convertido en objeto de investigación por parte de científicos que quieren saber en detalle cómo pueden caminar tan ágil y velozmente por techos y paredes, y aún sobre vidrios, espejos y otras superficies totalmente lisas.

Uno de esos estudios, del cual se informa en la revista American Scientist, ha revelado que las patas de estos pequeños reptiles tienen una capacidad de adhesión tan grande que podrían soportar un peso muchos miles de veces mayor que la del propio animal.
Ya desde hace algún tiempo se conocía el mecanismo por el cual las cuijas se adhieren a las superficies. En los dedos de las patas poseen millones de unas peculiares estructuras en forma de diminutas setas o pelillos, ramificados en los extremos. Esos filamentos microscópicos interactúan con las pequeñísimas irregularidades que existen aún en las superficies más lisas. En un principio se creyó que se enganchaban en ellas, pero ahora se sabe que la adhesión se debe a lo que los físicos conocen como fuerza intermolecular de Van der Waals, por el científico holandés que la descubrió. Es una atracción o enlace que se establece entre dos moléculas cuando se hallan muy próximas, y en el caso de las patas de las cuijas —y también de otros animales, como las arañas— el fenómeno ocurre debido al pequeñísimo tamaño de los pelillos, que son diez mil veces más delgados que un cabello humano. Por ello el contacto entre la superficie y las patas ocurre a nivel molecular y aparece la fuerza de Van der Waals.

Tan firme es la adherencia así lograda, que los 6.5 millones de setas que posee en los dedos una cuija de sólo 50 gramos de peso sería suficiente para sostener colgados del techo a dos hombres.

Pero quizá lo más asombroso es la rapidez con que los pelillos se adhieren y se desprenden.. Las patas de las cuijas no se pegan, sino que se adhieren mecánicamente, aún cuando la superficie esté mojada o engrasada, condiciones en las cuales no funcionan los pegamentos ordinarios. Al conocer mejor la manera en que ello ocurre, se podría fabricar materiales semejantes a las telas adherentes del tipo del que comercialmente se conoce como Velcro. Estas telas, que ahora se usan en lugar de botones o cierres de cremallera en ropa, carteras, bolsas y otros productos, están formadas precisamente por una multitud de pelillos o ganchitos que se enredan unos con otros pero pueden separarse con un tirón.
Mucha gente las supone venenosa, pero es totalmente inofensiva.


Hábitos de caza y celo

La cuija, al descubrir a su víctima, se desliza rápidamente. Pocos centímetros antes de llegar al insecto se detienen y lo vigila, aprende sus movimientos, indaga si tiene algún tipo de defensa, descubre su punto débil. Puede quedarse muchos minutos completamente quieta, sin mover un solo músculo. Luego avanza otra vez, sacando su lengua para oler y orientarse. No importa el tamaño de la víctima… abriendo sus grandes fauces puede engullirse a un insecto de un tamaño un poco menor que ella. Si es pequeño, lo desprecia.

En otras ocasiones, si ve que la potencial víctima es demasiado grande o bien puede representar un peligro se retira en busca de otro bocado. A veces, sin dudarlo, si se atraviesa otro insecto de más fácil captura corre hacia él, desoyendo su conocido refrán: más vale insecto en hocico que ciento volando.

Desde pequeñas las cuijas son depredadoras. Como toda cría, pueden ser alimento de otras cuijas adultas o aún adolescentes. Las más pequeñas, aun cuando ya han desarrollado, se cuidan de las mayores. Algunas carecen de la punta de cola, señal inequívoca de lucha. No falta quien diga que le crece por generación espontánea.


Las cuijas tienen varios rasgos peculiares, que los distinguen claramente de otros lagartos, son únicos por su vocalización, ya que emiten ruidos chirriantes en sus interacciones con otras cuijas, ya sea para llamar a la pareja en tiempos de celo o bien advertir a alguna otra cuija sobre no invadir sus territorios. Durante la época de apareamiento los machos marcan sus territorios y pueden llegar a perseguir y mutilar a sus competidores.


Crianza como mascotas

En muchos lugares algunas subespecies de estas son criadas y vendidas como mascotas, asi como también existe club y eventos exclusivos donde los diversos criadores y particulares exhiben sus especímenes mas hermosos, algunos con colores y manchas exuberantes y que hacen pensar en lo bello que pueden ser algunos de estos animalitos.

jueves, 8 de enero de 2009

Video sobre "La vida de una estrella"


Observar las fases de vida de una estrella es imposible para el ojo humano por razones obvias. Doce millones de años es, a todas luces, un tiempo más que prudencial. Sin embargo, el ojo científico nos brinda herramientas para observar lo que puede ocurrir en lapsos de tiempo así de considerables; por ejemplo, los distintos estadios evolutivos de una estrella. Este video es una muestra de ello.


Se trata de una producción animada que ilustra de forma muy gráfica las diferentes fases que atraviesa una estrella antes de morir. La producción no tiene audio explicativo, sólo música, pero a través de animaciones 3D pasamos a través de todas y cada una de las etapas de los doce billones de años que vive una estrella, conociendo de cerca como es desde su gestación hasta su pérdida de masa estelar.

Reducir doce billones de años a seis minutos y medio es tarea difícil, sin embargo, contamos con un ejemplo de que sí es posible. Abajo dejamos el video para que conozcas de cerca la vida de una estrella.

Fuente:http://www.ojocientifico.com

¿Existen las razas humanas?


No basta ser ningún iluminado para tener claras las categorías raciales que se han manejado a lo largo de la historia de la humanidad. Los controversiales y despectivos términos “blancos” “negros” “amarillos” y uno añadido posteriormente bajo el nombre de “indios” han sido términos que a lo largo de la historia han servido para categorizar los rasgos fenotípicos de los seres humanos, pero a la vez para erigir las más importantes teorías racistas de la historia.

En términos científicos se han utilizado los términos “caucasoide” “negroide” “mongoloide” y “australoide” basándose en la clasificación que en la primera mitad del siglo XIX realizó el antropólogo Johann Friedrich Blumenbach. Así, tanto en el conocimiento científico como en el saber vulgar se han ido acuñando estos términos para distinguir una población de otra. Sin embargo, ¿es correcto hablar de razas humanas?

Tal vez te resulte evidente que las características de un negroide son extremadamente divergentes de las de un mongoloide; sin embargo, a lo largo del siglo XX a medida que han ido cayendo las teorías racistas (eugenesia, darwinismo social, la filosofía racista de Gobineau, etc.) y los regímenes racistas (franquismo, nazismo, fascismo italiano, etc.) el concepto de raza ha ido perdiendo vigencia hasta transformarse hoy en un concepto informe y desvirtuado.

Lejos de la realidad está asumir que una raza se define con precisión. Hay rasgos representativos, pero incluso los padres de la teoría racista reconocían el fenómeno del mestizaje, y ya en la década del 50 Claude Lévi-Strauss, uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX, demostraba cómo a través de la diversidad cultural el mestizaje eliminó la raza, siendo imposible hablar de raza en términos antropológicos.

Más cercano en el tiempo, Craig Venter y los científicos que participaron en la elaboración del genoma humano hace casi ya diez años, acordaban unánimemente que es imposible hablar científicamente de raza.

La antropología ha hecho avances fundamentales a este respecto a lo largo del siglo pasado. Gracias al conocimiento científico en conjunto con los movimientos sociales antirracistas el concepto de raza fue perdiendo consenso, y hoy en día es más una ilusión que un hecho social real.

Por ello, a pesar de que a simple vista las razas humanas te parezcan divergentes, tú mismo que te consideras miembro de un grupo racial definido tienes seguramente genes provenientes de otros grupos que originalmente sí fueron razas, pero que gracias al mestizaje fueron dando origen a la población mundial actual, que lejos de toda duda ha de calificarse como racialmente híbrida.

Fuente:http://www.ojocientifico.com